¿Cuánto cuesta ser DJ?
Jesús escribe sobre lo que realmente cuesta ser DJ: la inversión, la disciplina y la pasión detrás de cada set, y cómo lo que se recibe a cambio rara vez cubre esos costos. Plantea la necesidad de replantear los honorarios para que este camino sea justo y sostenible.
Jesús León
9/25/20254 min read


¿Cuánto cuesta ser DJ?
Por Jesús León
Hace unas semanas escribí algo similar, “tocamos y luego existimos”, hoy quiero retomar el tema, porque me parece que debemos exigir respeto, aunque se vea como un capricho y aunque alzar la voz me haga ver como “mamón” o “problemático”. Y ok, cada quien puede pensar lo que quiera, pero seamos sinceros: ¿apoco tú no estás harto de los abusos? ¿de la gente que solo busca fama rápida, de las malas prácticas que se repiten una y otra vez? ¿apoco no crees que tenemos talento suficiente para ser verdaderamente profesionales?.
Muchas veces sacrificamos dinero por gusto o por la necesidad de presentarnos. Queremos ser escuchados, mostrarle al mundo nuestro gusto, nuestra capacidad técnica para mezclar. Esa necesidad nos orilla, a veces, a aceptar participaciones que económicamente no nos convienen. Claro, hay eventos, promotoras y proyectos que realmente suman. Pero también hay otros que no lo hacen. Y es ahí donde debemos cuestionarnos si somos nosotros, los DJs, quienes realmente sumamos a los proyectos.
Hablemos con números claros: el famoso fee de 500 pesos por una hora de DJ. Sí, yo también he ofrecido esa cantidad, pero me parece que es hora de reflexionar.
La inversión detrás de una hora
Lo más importante es la música. Para un set de una hora se necesitan al menos unas 15 canciones, pero por seguridad uno prepara 20 y eso sin la posibilidad de "adaptarte a la pista". En Beatport cada track cuesta en promedio 29 pesos. Eso son 580 pesos en música, más de lo que pagarían por el set completo.
A esto se suman gastos inmediatos:
Una memoria USB confiable: 150 a 200 pesos.
Transporte al evento: 200 pesos (ida y vuelta).
Y después está la inversión a largo plazo:
Audífonos profesionales: de 3,000 a 5,000 pesos.
Un controlador para practicar, un DDJ: 5,000 pesos aprox, un XDJ: 25,000 pesos o una cabina profesional: desde 100,000 pesos.
Formación: mínimo 1,500 pesos al mes, ya sea en una escuela o con colegas.
Entonces, la pregunta inevitable: si nos pagan 500 pesos por tocar una hora, ¿cuándo podremos recuperar esa inversión?
El otro lado: la visión del promotor
Como promotor de eventos pequeños hacemos el esfuerzo porque esto funcione. A veces un bar presta el espacio: el organizador se queda con los covers, el bar con el consumo. Pensemos: cobras 50 pesos de cover, 10 personas pagan el fee de un DJ. Pero si invitas a 5 DJs, necesitas 50 personas solo para cubrirles el mínimo. ¿Y tus ganancias?
Ahora veamos el otro escenario: no le pagas nada a los DJs. Entonces te quedas con 2,500 pesos de 50 entradas, limpios. Suena atractivo, salvo por el detalle de que también hay gastos: renta de un controlador (1,000 a 3,000 pesos), el flyer, las fotos, el aftermovie. Y aquí aparece el círculo vicioso: como al promotor muchas veces le regalan el flyer, las fotos o el equipo, también espera que el DJ regale su trabajo. ¿Para quién es negocio entonces?
Lo intangible: fama, nivel y respeto
Más allá del dinero está la parte intangible. Se habla mucho de la “exposición”, de que la gente te conozca, pero esa es una ganancia difícil de medir. No siempre se traduce en respeto, oportunidades o crecimiento real.
A esto se suma el nivel del DJ. No es lo mismo un principiante que un amateur con experiencia, o un profesional con trayectoria. Pero la realidad es que, con un fee de 500 pesos, ninguno de esos niveles resulta redituable. Entonces, ¿cómo definimos un costo justo para un DJ, sin afectar al promotor, a los colegas ni a nosotros mismos?
Por otro lado, están los proyectos grandes que sí son sostenibles económicamente, pero que tampoco le pagan a los DJs locales ni a los principiantes. Su justificación es ofrecer “prestigio”, prestigio porque te dan exposicón con un numero considerable de personas, pero ¿cómo han construido ese prestigio?, muchas veces a costa de no pagar como se debe.
Una reflexión necesaria
Si te molesta lo que escribo, te invito a que te cuestiones: ¿qué tipo de promotor eres? ¿respetas el trabajo de todos? ¿ofreces fotos como paga? ¿siempre mantienes tus acuerdos? ¿le pagas a todo tu line up? ¿qué tipo de dj eres? ¿llegas sin audífonos? ¿te robas la música?...
Si queremos que la industria crezca, debemos empezar por valorarnos. Ser DJ no es barato, es pasión, disciplina y una buena inversión. Y sé que es un proceso, pero hasta que dejemos de regalar nuestro tiempo y nuestra música, no podremos exigir lo que merecemos.
Se confunde mi crítica con el ataque personal. Si reflexiono sobre las malas prácticas, siempre habrá quien piense que le tiro hate a alguien en específico, cuando en realidad estoy hablando de un problema estructural que se aplica a muchos contextos.
Y dicho eso, hay personas que no se ganan el derecho de ser promotores: no respetan el trabajo de los demás ni tienen la inteligencia para reflexionar sobre la escena. El exceso de oferta genera una demanda baja, fragmentada, y provoca que no todos tomen en serio este camino ni lo asuman con la responsabilidad que requiere.
La escena local está contaminada de malas prácticas, sí. Pero también está llena de talento y de gente chingona, a los que muchas veces solo nos hace falta una cosa: respetar nuestro propio trabajo.