Blackout: construir escena desde la visión, el riesgo y la constancia

Detrás de cada fiesta bien hecha hay una historia de riesgo, visión y trabajo constante. Alan Tamez, fundador de Blackout, nos comparte el camino de una promotora que ha transformado la escena electrónica de Toluca con profesionalismo y criterio estético.

Jesús León

6/30/20255 min read

Blackout: construir escena desde la visión, el riesgo y la constancia.
Por Jesús León, en entrevista con Alan Tamez.


Hablar de
Blackout es hablar de un proyecto que ha crecido desde la convicción, en una ciudad donde muchas veces no hay mapa, ni manual, ni atajos. Es el resultado de una visión clara, mucha disciplina, un equipo comprometido y una intención constante de ofrecer experiencias significativas alrededor de la música electrónica.

Blackout nació en ese momento incómodo en el que uno termina la universidad y no sabe qué sigue”, cuenta Alan Tamez, fundador y director del proyecto. “Mandé mi CV a promotoras, clubs, festivales… pero no obtuve respuesta. Me di cuenta que si quería un lugar en la industria, lo tenía que construir yo mismo”.

Con estudios en
Administración de Empresas de Comunicación y Entretenimiento y una maestría en Producción y Gestión de Festivales por SAE Madrid, Alan decidió aplicar sus herramientas a una idea muy personal: crear un espacio donde la música, los visuales y la energía colectiva permitan una especie de desconexión del mundo exterior. Blackout, como su nombre lo dice, es olvidarte de todo. Es ese lugar donde la música, tus amigos, la iluminación y el ambiente hacen sinergia y por unas cuantas horas puedes encontrar libertad”.

De flyer a propuesta: una identidad que evolucionó con cada evento

Lo que hoy reconocemos como el universo visual de Blackout —flyers animados, atmósferas inmersivas, escenarios de alto nivel— no nació como una fórmula cerrada.
“El concepto se fue construyendo con el paso del tiempo, en cada evento. No fue algo que tuviera en mente desde el inicio, fue un proceso natural”.

Entre los referentes visuales que lo inspiraron destacan Afterlife, Time Warp, Hi Ibiza o Mondo Disko, marcas que ya incorporaban animaciones 3D en sus flyers. “Quise traer ese lenguaje a Toluca. Sentía que eso podía cautivar a la gente de una forma más rápida y directa”.

Y funcionó. Blackout pasó de eventos para 50 personas a producir fiestas de entre 350 y 500 asistentes, con escenarios que no se habían visto antes en la ciudad.
En sus palabras, “ha sido un crecimiento orgánico”, pero también estratégicamente planificado.

El salto: cuando la visión encuentra forma

El punto de consolidación llegó entre 2023 y 2024. Blackout logró reunir en ese año a figuras como
Andre VII, Verraco, AAAA, Villaseñor, DJ Fucci y otros artistas que poco tiempo después tocarían en Boiler Room México. “En menos de seis meses trajimos seis artistas que ese mismo año estuvieron en Boiler. También presentamos a Cabizbajo B2B Theus Mago en colaboración con Alquimia, con un escenario nunca antes visto en la ciudad”.

Además, ese fue el año en que Blackout salió por primera vez de Toluca. Se presentaron en Ciudad de México junto a Algo Bien —ante unas 1200 personas— y en Morelia en colaboración con Femmelanuit, superando también el millar de asistentes. “
Por todo lo que sucedió ese año, creo que fue el momento en que la marca dio un gran salto y se posicionó como una fiesta referente en la ciudad y en el país”.

La comunidad: de amigos a estructura profesional

Uno de los aspectos que más destaca en el testimonio de Alan es la importancia del equipo. “Al principio éramos pocos, amigos echando la mano, ayudando a cargar equipo. Pero con el tiempo el proyecto creció y fue necesario dividir funciones para hacerlo mejor”.

Hoy, Blackout cuenta con áreas definidas como producción general, booking, escenario técnico, visuales, hospitality, relaciones públicas, y más. Su equipo creativo y técnico está formado por personas que se sumaron porque conectaron con la visión del proyecto, no por un currículum. “Busco una energía honesta, alguien que se involucre de verdad, que proponga y que cuide el proyecto como si fuera suyo”.

Ese mismo criterio aplica para el booking. “No me interesan los seguidores, sino que respeten la profesión, tengan una propuesta clara y sumen algo real a la experiencia que buscamos crear”.

Visuales como lenguaje y experiencia

Parte esencial del sello Blackout son los escenarios. Y aunque Alan no diseña directamente, colabora estrechamente con un aliado clave: “El Inge”, a quien considera uno de los mejores diseñadores y operadores de iluminación del país. “Nos juntamos a dibujar, debatimos ideas, y con base en los recursos, el venue y los equipos, desarrollamos el diseño. Él hace el render, lidera el montaje y opera el show”.

La lógica detrás del diseño es clara: “Siempre intento ponerme en los zapatos de la gente. Me imagino por dónde va a entrar, qué va a ver, cómo se va a sentir. Si lo que imagino me gusta, avanzamos. Me apoyo mucho en mi equipo para tener un panorama más amplio”.

Los registros visuales del evento —after movies, fotografías— también tienen una función estratégica. “Son el reflejo de lo que se vivió. Es la herramienta más directa para transmitir a nuevos públicos lo que hacemos”.

Escena local, futuro nacional

Alan tiene claro que la escena electrónica en Toluca y Metepec está creciendo con autenticidad. “Cada vez hay más gente interesada, DJs con identidad clara. La gente está cansada del entretenimiento convencional nocturno. Obviamente falta infraestructura y espacios permanentes, pero se está construyendo algo bueno”.

Respecto al surgimiento de nuevos proyectos, su postura es abierta: “No veo la competencia como algo negativo. Al contrario, es señal de que hay interés. Si cada quien tiene su identidad clara y hace las cosas bien, todos podemos aportar. Lo importante es que no se hagan eventos solo por moda o por dinero”.

A corto plazo, Blackout buscará tener presencia en otras ciudades como Querétaro, Puebla, Oaxaca, Guadalajara y Monterrey. A largo plazo, la meta es clara: presentarse fuera del país. “Europa está en el mapa”.

Sostener, resistir, proponer

Como consejo a quienes quieran iniciar su propia promotora, Alan lo resume así: “Hazlo con pasión, no por subirte a la ola. Esto lleva trabajo, inversión, y no es solo poner bocinas y luces. Es un camino de resistencia. Cree en ti, en tu visión, y rodéate de gente que sume”.

Y a quienes quieran tocar en Blackout,  Alan, sugiere el encuentro cara a cara. “Siempre estoy abierto a escuchar nuevas propuestas, pero prefiero que se acerquen en persona. Sé que es más fácil un mensaje, pero no tiene el mismo impacto”. De igual forma puedes escribirle directo por Instagram o mail y enviarle una sesión que te represente.

Lo que se ha construido con Blackout no es solo una serie de eventos, sino una manera de ver y vivir la música electrónica con seriedad, estética, compromiso y cariño por la escena local. Como bien lo dice Alan: “Las promotoras somos clave. Sin ese esfuerzo independiente, muchos proyectos no existirían, muchos artistas no tocarían, y mucha gente no tendría dónde descubrir esta música”.